Con el retoque digital el mundo de la imagen no tiene límites. Aquello que no nos gusta lo hacemos agradable, aquello triste lo hacemos alegre, aquello que existe lo hacemos invisible, aquello envejecido lo pasamos por la maquina del tiempo y se rejuvenece al instante… Es decir, la imagen tiende sobretodo en publicidad, a mostrarnos siempre cuerpos perfectos, casas perfectas, ropa perfecta, ciudades perfectas, coches perfectos, gente perfecta etc… Nos permite ver el mundo de una manera más cómoda o más apetecible. Nos vende una ilusión.
Y en cierto modo, opino que es normal. No nos mostraran un coche que tenga un diseño poco cuidado o no nos presentaran a un Curro que se va de viaje a un lugar con un paisaje que no nos resulte atractivo. Hasta ahí de acuerdo. Sin ilusión no hay estimulo. Sin estimulo no hay venta. ¿Pero que pasa cuando el límite se excede? ¿Que sucede cuando esas imágenes retocadas o transformadas no solo forman parte de la publicidad sino que también son el modo con el que miramos el mundo?
Creo, que cada vez más, la manipulación de imágenes nos vende lo aparente como real y parece que lo real desaparece en un mundo donde nuestra mirada no termina de encontrar su enfoque.
Os añado en el apartado de videos del blog un anuncio publicitario de Fotoprix.
Dicen que las imágenes valen mas que mil palabras. Este anuncio, sin duda, lo demuestra.
